A pesar de ser una secretaria leal y trabajadora, Carla se siente discriminada en su empresa debido a un problema auditivo que tiene de nacimiento, lo que no le permite ascender aun cuando confía en sus habilidades, entre ellas, la de leer los labios. Cuando le es aceptada su petición de contar con un asistente, trata de llenar su vacía existencia solicitando a alguien que reúna más requerimientos personales que laborales. Al anuncio responde entonces Paul Angeli, un hombre 10 años menor con quien pronto entabla una relación estrecha. Él tiene una vida tan oscura como la de ella, por lo que empiezan a pedirse favores mutuos: mientras Paul hace encargos ilegales para la empresa, Carla acepta auxiliarlo en su venganza contra unos criminales, leyendo los labios para descubrir sus planes.